miércoles, noviembre 29, 2006

MALECON

Malecón que invita a caminar sólo, en invierno y drogado. Malecón que invita a pensar con olor a mar, con garúa fina y deliciosa. Malecón para alucinar que el horizonte se pierde y que el mundo es una burbuja que quiero reventar con el pucho de este cigarro que no me deja. Y el mundo, es también, al instante, una vieja rica que quiero ultrajar para sentir que no soy el único que está muriendo. El invierno me ilumina, es definitivo, me levanta, me hace fuerte para ser mi solitario. Sin embargo, el mundo sigue allá afuera: río terrible, serpientes de cuerpos enfermos, guillotinas que caen a cada segundo, cabezas que pateo sin querer. El mundo sigue allá afuera: árboles y pájaros que cantan, peces saltando de los ojos de algunos que se salvan, niños que ríen, cabezas que florecen sobre cuellos que amo o que amé en algún cruce de este invierno, o de otros muy lejanos, que siempre son el mismo.

IMAGEN: “Malecón en invierno y drogado”, fotomontaje por JAG