Mire bien esa latita de atún, una de entre las miles que están recibiendo los damnificados del terremoto al sur de Lima. En ella pueden ver las fotos del presidente de Venezuela Hugo Chávez y del líder nacionalista Ollanta Humala, separados por el símbolo del partido del segundo. Además en la lata se pueden leer los siguientes textos:
“Ante los saqueos, bloqueos, desesperación y caos. Solidaridad con nuestros compatriotas”.
“Frente al desastre natural que sacudió al Perú, y sobre todo a nuestra región Ica, el Partido Nacionalista Peruano, con nuestro líder Ollanta se hace presente, junto con nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela, cuyo presidente es nuestro hermano Hugo Chávez, esto debido a que el gobierno peruano actúa de una manera ineficiente, lenta y sin corazón, no importándole el dolor de las víctimas y dejándolas a merced del hambre, la sed y el pandillaje”.
No sé si a ustedes, pero a mí, me resulta patético y sumamente lamentable el hecho de querer sacar un beneficio político en medio de la desgracia y la desesperación de las masas. Sin embargo, creo que con esta medida infame quedan claras las estrategias políticas de estos dos hombres. ¿Es acaso que se puede caer más bajo? ¿Es acaso que la megalomanía de Chávez puede llegar más lejos? ¿Es acaso que sigue sin importarle el hecho de estar apoyando a un homofóbico fascista como Humala? El señor Chávez ya no sólo está intentando modificar la constitución de Venezuela para habilitar la reelección indefinida, como lo suele intentar todo dictador que abusa de los aparatos democráticos, sino que además no le interesa que tipo de líderes está apoyando con todo el dinero de Venezuela.
¿Era acaso necesario llenar esos alimentos con toda esa panfletería política y manipuladora de cuarta?
UNA SIMPLE CURIOSIDAD:
¿Cuántos víveres más se hubieran podido adquirir y enviar a la zona del desastre con todo el dinero invertido en diseñar, imprimir y pegar esas etiquetas a todo color?
Lo siento mucho por todos los amigos que conozco y que apoyan el lado utópico de la Revolución Bolivariana, pero esto es una mierda, es un movimiento tan bajo que no me queda más que decir: ¡QUÉ ASCO, CARAJO! ¡QUÉ ASCO!
Fuente: Expreso
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