Esta foto la tomé en la esquina de Powell y Market, en el corazón de San Francisco. Aún en una de las ciudades más tolerantes del mundo, el fanatismo religioso se levanta como una infección purulenta que amenaza con el odio de Dios y el castigo eterno. Es lamentable encontrarse con espectáculos como este.
NOTA: He reflotado mi blog de fotos, pueden visitarlo AQUI.
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