Siempre he sido un cínico en lo que se refiere a política. El hecho de haber crecido bajo los gobiernos de Alan García y Fujimori, en el Perú, sumados a los seis años que me tocaron de Bush en Estados Unidos, me llevaron indefectiblemente hacia el cinismo. Sin embargo, Barack Obama, ha sido el político capaz de renovar, en mí, esa idea de que aún existe el líder natural, equilibrado, responsable, integrador y con un amplio sentido de justicia.
El triunfo apabullante de Obama la noche de ayer demuestra que el pueblo estadounidense así lo cree. El primer presidente negro (la primera familia negra en habitar la Casa Blanca); el quinto presidente más joven de Estados Unidos; la personificación de ese sueño americano que en los últimos años ha devenido vertiginosamente en pesadilla; y sobre todo, la esperanza, el punto de luz en la profunda noche del mundo.
Barack Obama tiene la posibilidad de convertirse en ese líder digno y ejemplar que mi generación no ha podido ver. Tiene la posibilidad de convertirse en el heredero de las virtudes de Nelson Mandela y de Martin Luther King Jr. Tiene la posibilidad de darle un nuevo rumbo a la sociedad estadounidense y, porque no, al mundo. Este es, sin duda, el sentir de los cientos de miles de votantes que ayer le dieron su respaldo más allá de toda diferencia.
Sin embargo, el camino recién empieza y es arduo el periplo que le espera. Es necesario no emborracharse con la posibilidad y toda la carga simbólica que su elección representa. Esperemos que sea capaz de lidiar con el poder y que no venda su alma al sistema, que sea más fuerte que la máquina podrida que le ha tocado manejar, y que empiece a tender sólidos puentes entre su discurso, maduro y acertado, y la realidad.
Es cierto, es un momento histórico de gran trascendencia el que nos ha tocado vivir. Esperemos pues, que Barack Obama, el nuevo presidente de Estados Unidos, esté a la altura de las exigencias, que no nos decepcione, y que, parafraseando lo dicho por él ayer en su primer discurso como presidente, el cambio finalmente haya llegado.
