La breve reseña publicada en el Somos del sábado pasado dice lo siguiente:
“Hay una ciudad que existe solo en el recuerdo y en el corazón de aquellos que la vivieron en la intensidad de sus primeros años. Con la fuerza con la que se abrazan las primeras ideas y las más puras convicciones, así se recorre el camino de vuelta, el de la evocación. De los furiosos días y los amos del universo alados en sus trajes de plomo al finalizar la clase. Esa Lima a la que asistieron deslumbrados Eduardo, Bruno y Álvaro, les deparó correrías en el zanjón, sus Icarus rumiantes y su Balconcillo emergente en la zona regia del siempre acalorado distrito de La Victoria. La patria de los sueños con la que los chicos empiezan a crecer. Ideal para los amantes de la pera.”
Se agradece.