Amo cierta sombra y cierta luz que muy juntas, creo yo, azulan
Las casas profundas de los muertos, amo la llama
Y el cabo de la sangre, porque juntas son el mundo
Y hacen de mí un muro que separa la noche del día.
de “Nocturno Terrenal”
¿Qué libros son estos, Señor, en nuestro abismo, cuyas hojas
Estrelladas pasan por el cielo y nos alumbran?
de “Librería Encerrada”
Haz que amanezca nuevamente
Esta ciudad que es tuya
Y sin embargo es mía
Esta ciudad que beso día y noche
Como besaba lima en la niebla
de “Azul Ultramar”
Cae mi cuerpo de lo alto
De una cúpula sin vida
Cae el sol y cae la luna
Cae la norma
Y ciudades y estatutos
Caen las leyes
En racimos congelados
¿En dónde está mi doble
Palpitante y escondido
Mi corazón encogido
Y si quejido?
de “Azul Ultramar”
Usted no sabe cuanto pesa
Un corazón solitario
Hay noches en que la lana oscura
La lana tibia que me protege
Llega hasta el cielo
Y mientras duermo mientras respiro
Mientras sollozo
Se me derrama la leche hirviendo
Sobre la cara
de “Campidoglio”
El cuerpo entero padece
De una antigua enfermedad violeta
Cuyo nombre es melancolía
Y cuyo emblema
Es una silla vacía
En cada esquina
de “Cuerpo melancólico”