Muchos de ustedes, queridos lectores, se preguntaran porque he decidido invertir tanto tiempo en hablar de los LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros). Pues, en este post pienso explicar un poco los motivos que me llevan a ello.
Primero que nada he de decir que, aunque muchos piensen que hemos ganado mucho en le terreno de la tolerancia y de la aceptación de los homosexuales en el mundo, me temo que debo decirles que están muy equivocados, que aún vivimos inmersos en sociedades homofóbicas, racistas, repletas de prejuicios, expertas en el arte de la doble moral y la discriminación.
Muchos creen que el hecho de tener algunos homosexuales presentes en los medios masivos o una que otra celebración aquí y allá es un signo del cambio, pero lo cierto es que todo eso no es un síntoma de apertura, es más bien un paliativo, un placebo social, un “engañamuchachos”, puesto que seguimos escuchando comentarios como “que mi hijo sea cualquier cosa menos maricón”, seguimos leyendo noticias de golpizas tremendas a homosexuales como la que hace unos meses terminó con la vida de un joven travesti latino aquí en California, fue golpeado hasta la muerte por un grupo de muchachos que no toleraron el haberla tomado como una mujer en una fiesta.
Porque “maricón” sigue siendo un insulto en las escuelas, porque aún seguimos siendo en extremo racistas y clasistas, porque en Estados Unidos existen más de 700 grupos xenófobos, porque en Latinoamérica casi todos los travestis solo pueden ser peluqueros, prostitutas o estrellas de televisión que se exhiben como en un circo de freaks que resulta lamentable, porque muchos homosexuales en Latinoamérica nunca van a aceptar su condición porque, en el colmo de la ignorancia, consideran que ser activo no implica homosexualidad.
Porque muchos creen, muy mal informados por la religión, que la sexualidad si no es “hetero” entonces es una desviación, porque conozco homosexuales que se han suicidado por culpa de la sociedad, porque sé de muchas historias tristes como la del primo de una amiga al que su padre lo echó de casa a los quince años por ser homosexual y murió de sida completamente solo.
Porque los homosexuales están tan acostumbrados al rechazo que cuando un hombre heterosexual los acepta ellos inevitablemente piensan que ese hombre podría ser gay, esto último me ha pasado miles de veces, porque incluso, en muchas discotecas gays de Lima, por el hecho de que se pusieron de moda, se prohibió que los homosexuales se besarán para no ofender a los heterosexuales.
Porque nos sigue chocando ver a dos hombres o a dos mujeres de la mano. Porque los políticos empiezan a apoyar a LGBT porque saben que son muchos y quieren sus votos pero nada más. Porque las parejas LGBT siguen viviendo al margen de la sociedad en muchos países, porque no tienen derechos de pareja, porque no pueden casarse y ser protegidos por la ley.
Porque nos olvidamos que nosotros, los que los aceptamos, seguimos siendo una minoría, una tremenda minoría y porque incluso nosotros tendemos a marginar a otros. Porque lo “intelectuales” desprecian a los que no lo son (basta con leer algunos blogs de literatura en Perú para darse cuenta que la semilla del odio y la separación sigue enquistada en nosotros).
Porque la verdadera y única revolución es la educativa, y no me refiero a la de los títulos universitarios, me refiero a la educación humana, la del abrazo y la aceptación de nuestras diferencias, porque quiero que, aunque sea mis lectores, se den cuenta de que aún hay mucho pan por rebanar y que es necesario seguir en la brega en la lucha por el verdadero abrazo entre hombre humanos.
POR ESO Y POR MUCHAS OTRAS RAZONES MAS SEGUIRE HABLANDO DEL TEMA POR UN TIEMPO.
IMÁGENES: “Parejas en libertad”, todas las fotografías tomadas por JAG.
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