jueves, mayo 10, 2007

VISITAR ESCUELAS PARA LOGRAR UN CAMBIO

Una de las cosas que más disfruto durante mis viajes a Lima es la oportunidad de visitar escuelas y hablar con los jóvenes y también con los profesores de literatura. Sin embargo, hay algo triste en todo esto y es el hecho de caer en la cuenta de que son muy pocos los escritores que visitan colegios y establecen un diálogo directo con la juventud peruana. ¿Me pregunto a qué se debe esta falta de comunicación, esta falta de presencia de los escritores en las escuelas, siendo ellos mismos los que más se quejan de la falta de lectores? ¿Es acaso que no se dan cuenta de la maravillosa oportunidad para lograr un cambio que existe en el simple hecho de acercarse a los jóvenes y hablar con ellos? ¿Por qué, por ejemplo, las nuevas editoriales, que no son pocas, no organizan conferencias, lecturas y presentaciones en las escuelas? ¿Por qué, los jóvenes escritores no se dejan de una vez por todas de clavarse cuchillos entre ellos y empiezan a hacer algo por cambiar la situación cultural de nuestro país?, ¿por qué no ven la clara oportunidad que se tiene para mejorar en alguna medida nuestro pobre sistema educativo? No es tan difícil, los colegios y los jóvenes están ávidos de conocimiento e interacción, cualquier proyecto interesante será bien recibido y, de esto estoy seguro, se sorprenderán con la reacción y la receptividad que muestran los muchachos. Pienso, y esto lo lanzo como una idea suelta, en las nuevas editoriales elaborando planes lectores, talleres de poesía y narrativa, y llevando a los autores a las escuelas. Se los digo, los profesores en las colegios están buscando desesperadamente una manera de lograr que los jóvenes lean, y es necesario que nosotros, los escritores, veamos esa parte de la realidad y asumamos el compromiso, puesto que, no es en las universidades que lograremos el cambio, no es ahí donde ganaremos a los lectores, sino que, es en las escuelas, entre los jóvenes, donde se encuentran los posibles lectores, es a ellos a los que debemos llegar, es con ellos con los que tenemos que comunicarnos. Basta con lograr que un joven tenga al menos una vez durante su etapa escolar una experiencia placentera con la lectura o un contacto desmitificador con un escritor para que hayamos ganado un nuevo lector. Y claro, no se trata de dinero, se trata de tiempo invertido en el futuro y en el cambio.

IMAGEN: "El Niño", fotografía por JAG, Lima 2007