martes, setiembre 11, 2007

EL CINE Y EL BESO, EJERCICIOS DE MEMORIA

Si una chica aceptaba una invitación al cine, eso significaba que el beso era inminente. Sin embargo, la rapidez con la que se llegaba al beso dependía de la disposición de la chica y de atrevimiento del chico. Cuando se apagaban las luces, uno empezaba a sentir ese torrente incendiado de deseo, y todo era la mirada de reojo, la espera de la oportunidad, el miedo al rechazo, las ganas de tirarse encima de la chica, todas las emociones y las posibilidades reunidas en una sola esfera de fuego que no nos dejaba quietos ni un solo instante. Y vaya que se sufría tras cada minuto de oscuridad y película sin beso. Era realmente como el fin del mundo.

Recuerdo que cada vez que iba al cine con mis amigos a ver una película en serio, porque la única manera de ver una película de verdad era yendo con los patas y no con la chica, no podía evitar la envidia de ver a las muchas parejas que se besaban sin parar desde que se apagaban las luces hasta que se encendían. Era un drama intenso y perturbador.

Pero, felizmente, la lista de las películas que fui a ver y nunca vi es larga, tan larga como esos besos interminables de salivación constante, de lenguas desesperadas desarrollando músculos nunca antes descubiertos. Porque es cierto, uno se besaba hasta el dolor, hasta el goteo, hasta que ya no se pudiera más. Y las manos se deslizaban como silenciosas serpientes hacia el otro lado de la butaca, y si esa mano era aceptada, pues se empezaban a desarrollar las más extrañas habilidades de contorsionista, a tal punto que, al día siguiente uno podía amanecer con los más extraños dolores de costado.

El cine fue pues, mi primer espacio erótico, mi primer cuarto de hotel, mi primer espacio privado más público del mundo. Ahora, cuando entro a la sala de un cine, extraño ver a las parejas besándose. ¿En qué momento el cine dejó de ser el reino del beso?, ¿o es acaso que lo sigue siendo y solo sucede que ya estoy viejo?


IMAGEN: “El Cine”, fotomontaje y fotografías por JAG