martes, marzo 25, 2008

LA MIRADA

Finalmente, el domingo pasado me levanté de la cama y me fui con mi esposa al parque Dolores. Había allí mucha gente celebrando el Domingo de Resurrección. La de Semana Santa menos santa que haya visto en mi vida, pero ese es otro rollo. Ya les mostraré otras fotos más adelante. La cosa es que ayer, cuando trabajaba en las fotografías que tomé ese día, me topé con este personaje extraño y, de pronto, quedé atrapado en su irrealidad, en esa capa de silencio que la envolvía y que la dejaba completamente sola en medio de la muchedumbre, ajena por completo a todo y a todos, escondida a gritos tras su estrepitoso traje de pureza y santidad. Pero, en especial, me atrapó su mirada repleta de compasión y piedad, como si en un instante hubiera sido capaz de leer todo mi dolor, de desentrañar toda la tristeza que en mi cuerpo habita desde el miércoles pasado. Si me volviera a encontrar con ella, correría a abrazarla.


IMAGEN: “La mujer de las flores supo leerme”, San Francisco, 2008, por JAG