jueves, agosto 07, 2008

BORIS PASTERNAK, CITA

“Aquellos campos de color llama, que ardían sin fuego, aquellos campos que sin sonido clamaban su invocación de ayuda, estaban coronados por la apacible indiferencia de un cielo sin fin que ya se inclinaba hacia el invierno y sobre el cual, como una sombra en la cara, nadaban, incansables, largas y estriadas nubes de nieve, negras en el centro y orladas de blanco.

Todo se movía lenta y regularmente. Discurría el río, hacia él acudía el camino, por el camino avanzaba el doctor, las nubes seguían la misma dirección. Ni siquiera los campos permanecían inmóviles: algo se movía en ellos. Estaban poseídos por un continuo e inquieto hormigueo que daba náuseas.

Los ratones se habían multiplicado de una manera fabulosa, nunca vista hasta entonces. Corrían sobre el rostro y las manos, se encaramaban por el cuerpo, cuando la noche le sorprendía a uno en medio del campo y tenía que tumbarse a dormir en un surco. De día las bandadas de ratones, multiplicadas hasta el infinito y bien alimentadas, cruzaban los caminos y se metía por entre los pies y cuando era aplastados se convertían en una viscosa masa inmóvil y gimiente.” BORIS PASTERNAK, El doctor Zhivago


IMAGEN: Arbol urbano, por JAG