Corría el año de 1992 y con un grupo de amigos, un profesor de cuyo nombre no me quiero acordar, Javier Monroy y el apoyo del Banco Continental, organizamos un encuentro de poesía y vídeo llamado: PALABRA, PERMANECIA Y MOVIMIENTO en el ICPNA de Miraflores. Logramos reunir a los 40 poetas más importantes del momento, a los que tuvimos la suerte de entrevistar y, no sólo eso, si no que, además, tuvimos la suerte de experimentar con sus poemas al tener que llevarlos a la imagen. Fue una experiencia intensa de creatividad contrareloj. Para mí, que tenía tan sólo 18 años, fue un regalo de la vida. Meter las narices en las casas de mis poetas favoritos, estrecharles las manos, hacerles preguntas, recibir sus libros dedicados, adentrarme en sus laberintos verbales. Definitivamente fue una vivencia que marcó mi vida. Es por eso que, en las siguientes publicaciones, trataré de recordar algunos de aquellos encuentros. Y, por qué no, otros que no tengan que ver con dicho evento.