Jorge Salazar es entre muchas otras cosas, catedrático, investigador, periodista, editor, premio de literatura Casa de Las Américas 1980 y asesor de fútbol en la UNICEF.
Llegué a la casa de Coco Salazar a las cinco de la tarde. Vive en la cuadra siete de la avenida Benavides en el séptimo piso de un edificio de departamentos. Estaba sólo, con un cigarro en la mano, rodeado de libros. Flaco, con los pómulos salidos y una humildad envidiable me invitó a sentarme, me ofreció un vaso de agua y nos sumergimos en una larga charla en torno a su vida, al fútbol y a la literatura.
A continuación, presento algunos fragmentos de lo dicho por Salazar en aquella conversación.
EL PRINCIPIO DE LA PASION
Mi pasión por el fútbol empezó muy temprano. En épocas del kinder yo vivía un poco apartado, un poco solo, y observaba a la gente desde el balcón de mi casa en un segundo piso, observaba a los chicos del barrio jugar a la pelota, los veía sudar y poner la vida en todo esto, y bueno, llegado mi momento me integré a este ritmo de juego, y era la cosa más placentera que podía tener un niño, era un ejercicio de libertad, pero además, en el juego, uno descargaba energía, uno se desquitaba los primeros fracasos de la vida.
Terminé jugando de delantero, porque la practica diaria me hizo bastante habilidoso, creo que era un jugador inteligente, que no tenia mucha potencia, pero era muy hábil y llegue a jugar de lo que hoy día sería un delantero, jugué en el Anglo Peruano, en el barrio. Después yo terminé la secundaria en Escocia y jugando con los compañeros de College, un amigo mayor me dijo si quería jugar por su equipo y así llegué a jugar en la tercera división en Escocia. Pero, después me interesó el baile, que tiene mucho que hacer con el fútbol, y comencé a practicar ballet y me integre a un grupo de ballet español. Así abandoné el fútbol como aquél que aspira a ser jugador profesional, pero nunca me desligué del fútbol, sigo ligado a él a través de mis escritos, de trabajo como investigador y en otros aspectos.
PELOTA Y PALABRA
En general el fútbol ha atraído una buena cantidad de intelectuales. Hay una larga lista de escritores que han visto en el fútbol un pariente de la literatura, de la poesía, por esta búsqueda de la belleza y por ser una forma de la expresión de la libertad del ser humano. Por ejemplo, uno de los grandes filósofos alemanes Heidegger decía que el fútbol era una forma de encontrar un camino en la vida. O Camus que dijo que lo mejor de la vida lo había encontrado en una cancha de fútbol. O Pier Paolo Pasolini que señalaba que el fútbol era una expresión literaria y que los sudamericanos hacían poesía mientras que los alemanes o italianos hacían prosa. También, el propio Camilo José Cela escribió una serie de ensayos y cuentos en torno al fútbol. A nosotros no nos queda más que seguir investigando y seguir reflexionando en torno al tema.
EL PREMIO
Gane el premio de literatura Casa de las Américas en 1980 con la novela titulada “La ópera de los fantasmas” que trata de la terrible tragedia ocurrida en el Estadio Nacional de Lima el 24 de Mayo del 64, ese cierra puertas donde se dijo que habían habido 300 y pico de muertos. Bueno yo estuve allí, era un estudiante, y era consciente que los muertos probablemente sobrepasaban los mil, fue así que empecé una investigación que terminé en España y en la ciudad de Colonia en Alemania que terminó con aquel libro.
LA CULTURA DE LA REDONDA
Si entendemos el fútbol como una manifestación cultural, creo que todos nos vamos a enriquecer y los resultados van a cambiar. Camus hablaba de esta necesidad de compañerismo, de fraternidad, de que un grupo de seres humanos sea uno solo. Hay que entender que el fútbol puede ser psicológicamente, emocionalmente, el gran parachoques de la violencia, porque evidentemente el fútbol es un encuentro, una teatralización de la guerra, entonces si los pueblos en ves de hacer la guerra la teatralizan, pues, maravilloso. Si las diferencias se llevan al campo, se convierten en una expresión lúdica, entonces vamos a tener menos muertos y menos heridos.
Una de las cosas que yo he intentado aquí en el país es tratar de hacer ver que el fútbol tiene muchísimo que hacer con la cultura, con la educación, con la civilización. Jugar a la pelota es fácil, el asunto es alcanzar el éxito, las metas. Como catedrático de la Universidad San Martín de Porres, he tenido la suerte de que el Rector y el Decano de mi facultad hayan escuchado mi mensaje y hoy tenemos un equipo de fútbol en la primera división.
ABRAZO PERUANO DEL PERU
En este país, el único lugar donde usted ve a todos los peruanos olvidarse de su raza, de su etnia, de su origen, es el estadio, porque cuando la selección mete un gol, la señora pituca se abraza con el vendedor de cancha y eso es Perú. Ahí se olvidan te todas esas tonterías que traen nubarrones al ser peruano. Ese es el único momento en el que yo veo luz. La posibilidad de encontrar esta tan buscada identidad a través del fútbol.
DIVORCIO FICTICIO
El fútbol peruano fracasa porque no ha sido integrado a la cultura, a la educación, no se le ha dado su real valor en la sociedad. Existe un divorcio ficticio que nuestros dirigentes, nuestras instituciones han creado en nuestro país entre el fútbol, la cultura y la educación, cuando no se dan cuenta de que eso puede ser parte esencial en el desarrollo de un pueblo desde el punto de vista cultural y educativo.
UNA ESQUINA CUALQUIERA ES EL PERU
El fútbol refleja nuestra sociedad, entonces usted no puedo pedir logros futbolísticos a un país como el nuestro, como va a poder pedir logros políticos a nuestros políticos, no se puede, es imposible porque son delincuentes, proxenetas. No se puede.
En el fútbol peruano se repite lo que ocurre en cada esquina de nuestra sociedad.
Llegué a la casa de Coco Salazar a las cinco de la tarde. Vive en la cuadra siete de la avenida Benavides en el séptimo piso de un edificio de departamentos. Estaba sólo, con un cigarro en la mano, rodeado de libros. Flaco, con los pómulos salidos y una humildad envidiable me invitó a sentarme, me ofreció un vaso de agua y nos sumergimos en una larga charla en torno a su vida, al fútbol y a la literatura.
A continuación, presento algunos fragmentos de lo dicho por Salazar en aquella conversación.
EL PRINCIPIO DE LA PASION
Mi pasión por el fútbol empezó muy temprano. En épocas del kinder yo vivía un poco apartado, un poco solo, y observaba a la gente desde el balcón de mi casa en un segundo piso, observaba a los chicos del barrio jugar a la pelota, los veía sudar y poner la vida en todo esto, y bueno, llegado mi momento me integré a este ritmo de juego, y era la cosa más placentera que podía tener un niño, era un ejercicio de libertad, pero además, en el juego, uno descargaba energía, uno se desquitaba los primeros fracasos de la vida.
Terminé jugando de delantero, porque la practica diaria me hizo bastante habilidoso, creo que era un jugador inteligente, que no tenia mucha potencia, pero era muy hábil y llegue a jugar de lo que hoy día sería un delantero, jugué en el Anglo Peruano, en el barrio. Después yo terminé la secundaria en Escocia y jugando con los compañeros de College, un amigo mayor me dijo si quería jugar por su equipo y así llegué a jugar en la tercera división en Escocia. Pero, después me interesó el baile, que tiene mucho que hacer con el fútbol, y comencé a practicar ballet y me integre a un grupo de ballet español. Así abandoné el fútbol como aquél que aspira a ser jugador profesional, pero nunca me desligué del fútbol, sigo ligado a él a través de mis escritos, de trabajo como investigador y en otros aspectos.
PELOTA Y PALABRA
En general el fútbol ha atraído una buena cantidad de intelectuales. Hay una larga lista de escritores que han visto en el fútbol un pariente de la literatura, de la poesía, por esta búsqueda de la belleza y por ser una forma de la expresión de la libertad del ser humano. Por ejemplo, uno de los grandes filósofos alemanes Heidegger decía que el fútbol era una forma de encontrar un camino en la vida. O Camus que dijo que lo mejor de la vida lo había encontrado en una cancha de fútbol. O Pier Paolo Pasolini que señalaba que el fútbol era una expresión literaria y que los sudamericanos hacían poesía mientras que los alemanes o italianos hacían prosa. También, el propio Camilo José Cela escribió una serie de ensayos y cuentos en torno al fútbol. A nosotros no nos queda más que seguir investigando y seguir reflexionando en torno al tema.
EL PREMIO
Gane el premio de literatura Casa de las Américas en 1980 con la novela titulada “La ópera de los fantasmas” que trata de la terrible tragedia ocurrida en el Estadio Nacional de Lima el 24 de Mayo del 64, ese cierra puertas donde se dijo que habían habido 300 y pico de muertos. Bueno yo estuve allí, era un estudiante, y era consciente que los muertos probablemente sobrepasaban los mil, fue así que empecé una investigación que terminé en España y en la ciudad de Colonia en Alemania que terminó con aquel libro.
LA CULTURA DE LA REDONDA
Si entendemos el fútbol como una manifestación cultural, creo que todos nos vamos a enriquecer y los resultados van a cambiar. Camus hablaba de esta necesidad de compañerismo, de fraternidad, de que un grupo de seres humanos sea uno solo. Hay que entender que el fútbol puede ser psicológicamente, emocionalmente, el gran parachoques de la violencia, porque evidentemente el fútbol es un encuentro, una teatralización de la guerra, entonces si los pueblos en ves de hacer la guerra la teatralizan, pues, maravilloso. Si las diferencias se llevan al campo, se convierten en una expresión lúdica, entonces vamos a tener menos muertos y menos heridos.
Una de las cosas que yo he intentado aquí en el país es tratar de hacer ver que el fútbol tiene muchísimo que hacer con la cultura, con la educación, con la civilización. Jugar a la pelota es fácil, el asunto es alcanzar el éxito, las metas. Como catedrático de la Universidad San Martín de Porres, he tenido la suerte de que el Rector y el Decano de mi facultad hayan escuchado mi mensaje y hoy tenemos un equipo de fútbol en la primera división.
ABRAZO PERUANO DEL PERU
En este país, el único lugar donde usted ve a todos los peruanos olvidarse de su raza, de su etnia, de su origen, es el estadio, porque cuando la selección mete un gol, la señora pituca se abraza con el vendedor de cancha y eso es Perú. Ahí se olvidan te todas esas tonterías que traen nubarrones al ser peruano. Ese es el único momento en el que yo veo luz. La posibilidad de encontrar esta tan buscada identidad a través del fútbol.
DIVORCIO FICTICIO
El fútbol peruano fracasa porque no ha sido integrado a la cultura, a la educación, no se le ha dado su real valor en la sociedad. Existe un divorcio ficticio que nuestros dirigentes, nuestras instituciones han creado en nuestro país entre el fútbol, la cultura y la educación, cuando no se dan cuenta de que eso puede ser parte esencial en el desarrollo de un pueblo desde el punto de vista cultural y educativo.
UNA ESQUINA CUALQUIERA ES EL PERU
El fútbol refleja nuestra sociedad, entonces usted no puedo pedir logros futbolísticos a un país como el nuestro, como va a poder pedir logros políticos a nuestros políticos, no se puede, es imposible porque son delincuentes, proxenetas. No se puede.
En el fútbol peruano se repite lo que ocurre en cada esquina de nuestra sociedad.