lunes, marzo 13, 2006

WASHINGTON DELGADO: UNA FORMA DE LA AUSENCIA (primera parte)

Sin lugar a dudas, éste es uno de mis escritores predilectos por varias razones. Pero, de todas ellas, la que me resulta más trascendente es, el deslumbrante equilibro entre la simpleza y la profundidad que existe en su trabajo. Desde que lo leí por vez primera, quedé prendado por esa habilidad para decirlo todo y cantarlo todo con un leguaje tan diáfano. Además de su amplio registro capaz de ir de lo amoroso a lo social, de la muerte a la solidaridad, del escepticismo a la esperanza, de la contemplación a la filosofía, y siempre con el mismo brío.
Años después de aquellas lecturas iniciales, en 1991, tuve la suerte de ir a entrevistarlo, con el desaparecidísimo grupo Arcano, cuando todavía vivía en Lince. El poeta nos recibió con la calma y la tranquilidad del gran maestro que aún no se lo cree. Para mí fue una experiencia inolvidable. Sentado en la sala de su casita, bajo, gordito, con los anteojos de monturas negras, rodeado de libros, el poeta hablaba con pausa, con voz gruesa de tabaco; las palabras resbalaban lentamente garganta arriba. Daba la impresión de que las iba paladeando una a una.
De nuestra conversación, es triste decirlo, pero no recuerdo mucho pues todos los registros desaparecieron, pero si me queda esa sensación clara de haber estado frente a uno de los grandes.


TE ESTOY PERDIENDO

Te estoy perdiendo
en cada voz que escuchas,
en cada rostro que contemplas,
en cada gesto tuyo,
en cada lugar
que recibe a tu cuerpo.
Ser como la luz
que te envuelve, por la que dejas
un retazo de sombra. Ser
como la noche que te obliga
a un pensamiento, a un deseo,
a un sueño.
Ser una materia leve,
una corriente extensa
que te persiga siempre.
No ser esto que soy
y que te está perdiendo.

(De “Formas de la ausencia”)


UN POQUITO DE BIOGRAFIA
Washington Delgado (Cusco 1927 – Lima 2003) empezó su periplo estudiantil en la Universidad Católica donde curso estudios en Letras y Derecho. Luego, entre 1955 y 1958 estudió Literatura en Madrid. Por último, a su regreso, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde optó los grados de Bachiller y Doctor en Literatura. Fue profesor universitario, poeta, crítico y miembro de la Real Academia de la Lengua Española. En 1952 recibió el premio Nacional de Poesía con su primer libro “Formas de la ausencia”. Pero, no sólo sorprendió como poeta ya que, en 1979, recibió el primer premio en el concurso COPE de cuento con “La muerte del doctor Octavio Aguilar”. En 1996 recibió el premio “Juan Mejía Baca” por su labor creativa.

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