viernes, julio 07, 2006

PAQUITO D’RIVERA CONTROVERSIAL: CUBA, EL CHE Y FIDEL

En 1999 PAQUITO D’RIVERA publicó el libro "MI VIDA SAXUAL", en el que narra su historia desde que en 1953 tomó un instrumento musical en sus manos hasta sus más recientes éxitos como compositor e instrumentista. La edición puertorriqueña contó con un prólogo escrito por el cineasta español Fernando Trueba, mientras que el de la edición española fue hecho por Guillermo Cabrera Infante, considerado el escritor cubano más importante de nuestros días.

Lo cierto es que además de la serie de anécdotas divertidas e interesantes narradas al mejor estilo del jazz, este libro tiene una carga de denuncia política muy fuerte. A continuación transcribo algunos fragmentos de una entrevista realizada por PABLO LARRAGUIBEL en la que PAQUITO D’RIVERA habla sin tapujos sobre CUBA, EL CHE GUEVAR y FIDEL CASTRO.

PABLO LARRAGUIBEL: Un columnista de música que al reseñar tu libro, independientemente el resto del contenido, no pudo evitar centrarse en la frase que dice "el Ché era un argentino de mierda".

PAQUITO D’RIVERA: Pero es que eso es lo que era. Hubo alguna gente en Cuba, cuando el barbudo empezó a hacer muchas estupideces, bueno, más estupideces, que lo que estamos acostumbrados, que decía que si el Ché estuviera aquí, esto no pasaría. No. Un músico amigo mío, que era del Partido Comunista y que había conocido los intríngulis del asunto, decía "el Ché es mucho más drástico que este hombre. Ese idealismo que hay sobre el Ché está creado no sé de dónde. El Ché es mucho más extremista que este hombre y manda a cualquiera al paredón mucho más rápido que Fidel, así que hay que dar gracias a que está éste y no el Ché". La gente idealizaba la figura del Ché Guevara. Era un tipo peligrosísimo. Era producto de lo que se había destacado: la La gente idealizaba la figura del Ché Guevara. Era un tipo peligrosísimo. Era producto de lo que se había destacado: la guerrilla y todo lo que eso significa. No va a ser una palomaguerrilla y todo lo que eso significa. No va a ser una paloma. Como Ho Chi Min, que también se le ha idealizado muchísimo. Era un tipo sumamente violento. Ellos han tratado de poner la imagen del tío con los niños.

P.L: ¿Y cómo lograste sobrevivir esa etapa?

P.D’R: Tuve muchos problemas que no fueron más graves no sé cómo. Yo me enteré de los horrores, lo que son capaces de hacer, ya fuera de Cuba. Probablemente si yo hubiera visto aquellos horrores cuando estaba en Cuba, hubiera entendido rápido que había que callar. Me tomaban por loco. Músico loco. Mucha gente, de ellos, me quería también. Mucha gente me tiró una toalla como decimos allá cuando te ayudan. Yo lo veo ahora en la distancia. Si yo leo el libro de Valladares antes, yo no hablo tanta mierda. Yo me quedo calladito y no digo nada. ¿Tú sabes lo que tiene el libro ese? es que se repite constantemente. Toda la gente con que yo he hablado después, y otros libros de menor importancia que tratan del tema, hablan de casos similares, de la gente que murió, de los abusos, la gente que iba a golpear los presos. En La fiesta del Chivo si tú cambias algunos nombres, puedes recrear también el horror cubano, o de Checoslovaquia, o de Vietnam. Exactamente lo mismo. Y las dictaduras de derecha. La pones frente a un espejo y está a la izquierda. Es facilito.

P.L: Una de las anécdotas que más me impresionó del libro, no tanto por su dramatismo, sino porque es un detalle de cómo los regímenes totalitarios se pueden meter hasta en las cosas más insignificanteses aquella sobre el funcionario que sugiere que el tema "Fiebre" de Irakere, no podía salir publicado en el disco con ese nombre porque podía pensarse que el pueblo cubano era un pueblo enfermo y contrastaba con los esfuerzos que hacía la Revolución para llevar salud a todos los cubanos. Irakere cambió el nombre por "38 y medio".

P.D’R: Había un dúo de cantautores que se llamaba Juan y Junior que tenía una canción, Andurriña, que narraba la historia de una niña que sale a caminar por su pueblo y camina y camina hasta que se extravía. Prohibieron la canción porque el ministro del Instituto Cubano de la Radiodifusión consideraba que "cómo iba a perderse una niña. Que en Cuba no había desaparecidos", porque en Cuba las organizaciones de masas, de defensa, o las fuerzas armadas, encontraban a esa niña. En Cuba nadie podía perderse. Esa misma persona fue la que obligó a cambiarle el nombre a Fiebre, porque en Cuba todo el mundo tenía acceso a la medicina. Y lo mismo con la Orquesta Cubana de Música Moderna, se llamaba así porque la palabra jazz estaba prohibida.

P.L: ¿En la música que hizo Irakere, más allá del nombre de los temas, hubo temor?

P.D’R: Hubo una pieza que nosotros grabamos que obviamente tenía muchos elementos de jazz como todo lo que hacíamos nosotros. Había un funcionario, director de la Egrem (el sello discográfico estatal), que se llamaba Medardo Montero, que nos acusó de jazzistas: "Mira, en ese grupito, hay un montón de jazzófilos de esos, y eso que están haciendo ellos es jazz". Y entonces Chucho se levantó y nos defendió y yo le digo que "se indignó con esa verdad y empezó a mentir, negándolo". Pasa con todo. Los extranjeros pueden comprar carros, al menos en aquella época era así. Pero los cubanos no. Si quieres venderlo, siendo extranjero, no lo puedes hacer libremente. Debes revendérselo al gobierno. Un amigo, Trompetica, que tocaba con Irakere, es muy "carrófilo". Le encantan los carros. Logró la manera de que un italiano le diera en usufructo un Volkswagen. para poderlo tener, lo tuvo que envejecer. Ponerle guardafangos antiguos, parachoques de los viejos, para que no pareciera tan nuevo. Terminó siendo un engendro el carro ese. Él fue envejeciendo su carro para que no lo descubrieran.

Me imagino, queridos lectores, que tendrán mucho que decir en torno a este espinoso tema. Pues, adelante, siéntase libre y diga lo que piensa.