Unos meses atrás (no cito fechas exactas puesto que soy malísimo para ellas), llegó a San Francisco Santiago Roncagliolo y, una noche, con Daniel Alarcón, nos fuimos a tomar unos tragos a un bar del centro. En medio de nuestra conversación fuimos abordados por una gringa que al enterarse de que éramos peruanos abordo en el acto el tema de Sendero Luminoso, los tres, que de alguna u otra manera hemos vivido el proceso de la violencia interna estábamos más que claros en nuestras opiniones en torno a uno de los grupos terroristas más sangrientos de la historia, sin embargo, nuestra querida norteamericana no sólo dudaba de nuestras palabras, si no que incluso llegó a llamarnos poco objetivos y parcializados porque desde su punto de vista, el hecho de que estuviéramos en su país y que habláramos su idioma con soltura nos quitaba toda autoridad y objetividad para opinar sobre “esa revolución del pueblo”.
Su idealización, su información sesgadísima pero, sobre todo, el hecho de opinar abiertamente sobre una realidad que poco o nada conocía, la llevaron a hacer ese tipo de afirmaciones por lo demás equivocadas. Ella no tenía ni la más mínima idea de lo que significa vivir en el miedo, lo que es pasar días enteros y noches escuchando explosiones y balas, viendo las pintas rojas y amenazantes, recibiendo noticias de conocidos que murieron, tener la terrible sensación de que en cualquier momento nos puede tocar a nosotros, en cualquier esquina, en cualquier lugar. Ella sólo sabía lo de los libros, lo de las conversaciones cómodas en los bares de San Francisco y, a pesar de eso, se apropiaba de su discurso y nos desacreditaba con una sonrisa de superioridad en los labios. ¿Ahora, me pregunto que dirección hubiera tomado nuestra conversación si nosotros, es decir los tres peruanos ahí presentes hubiéramos sido simpatizantes de Sendero Luminoso?
Cuento esta anécdota porque considero que sobre política se debería hablar siempre a partir de las experiencias personales puesto que la historia, los libros, e incluso las noticias son escritas por los hombres y, aunque siempre se maneje ese utópico concepto de la objetividad, cada hombre siempre tiene su visión y sus opiniones y, de una u otra manera, nuestras palabras siempre llevaran nuestro corazón, y serán más o menos sesgadas por sus principios, sus ideales y sus odios.
LA EXPERIENCIA PERSONAL
A mis 34 años he vivido (políticamente hablando) la democracia cancerosa del Perú, la corrupción insufrible y la irresponsabilidad máxima de Alan García, la dictadura nefasta del señor Fujimori y, soy también, uno de los hijos de la violencia, puesto que mi generación creció bañada por la sangre que Sendero Luminoso, el MRTA y el gobierno derramaron sobre el pueblo durante doce años, y desde hace casi cinco años, vivo en el país que “se supone” es el “adalid” de la democracia para el mundo. Y, queridos lectores, debo decirles que, el saldo de lo vivido no solo no es positivo si no que es nefasto.
Está clarísimo, al menos para mí, a estas alturas del partido, que la política, desde sus orígenes, desde su génesis misma, ha estado dominada por valores negativos, por la ambición, por la sed de poder, por los intereses personales, por la traición, por la mentira, por la rivalidad y la venganza. Considero que mientras sigamos atribuyéndole a la política valores que esta nunca ha tenido, mientras sigamos teniendo esta tendencia mesiánica a buscar un líder, un salvador, no sólo estaremos perdidos, si no que estaremos cada vez más lejos de un cambio real.
Para mí, todos los sistemas de gobierno que conocemos han demostrado una y otra vez su ineficacia, todos han fracasado sistemáticamente, todos han demostrado su imperfección a gritos. Cuando llegué a Estados Unidos, llegué asqueado de la política de mi país y pensé que me iba a enfrentar a la verdadera democracia, pero craso error, en este país la democracia como tal no existe, los medios masivos de comunicación está absolutamente controlados, nadie recibe la información real de lo que está sucediendo en el mundo y no solo eso, si no que el actual gobierno, desde mi punto de vista, esta utilizando los mecanismos de la democracia para ejercer la más terrible de las dictaduras, así como lo hizo Fujimori en el Perú. No se imaginan cuantas semejanzas hay entre uno y otro proceso. Y bueno, existe un razonamiento más simple y elemental para demostrar que la democracia en Estados Unidos es una falacia. Sabemos que la democracia por definición básica es el gobierno del pueblo elegido por el pueblo y si reparamos en que en es este país los que ejercen el voto son una minoría risible, entonces la pregunta se cae de madura, ¿es este un gobierno del pueblo elegido por el pueblo?
CUBA Y EL CHE: ASUNTO DELICADO
Con respecto a Cuba y al Che, hay mucho que decir, pero trataré de ser breve y objetivo, en la medida de lo posible, pues como ya lo he dicho antes, la objetividad es un concepto sumamente relativo.
No saben la cantidad de amigos que tengo que hablan maravillas de Cuba y que idolatran al Che Guevara, casi todos diría yo. Pero resulta, y esto es tan paradójico, que todos viven en California o en Perú o en Chile o en Argentina o en cualquier lugar menos en Cuba. Resulta también que, misteriosamente, todos los cubanos que he conocido se sienten tan felices de estar fuera de Cuba, se sienten tan felices con detalles insignificantes de la vida cotidiana como el hecho poder trabajar donde quieran y ahorrar un poco de dinero, o decir lo que piensan o comprar lo que quieran. Recuerdo que cuando aún vivía en Lima trabajaba con un profesor que había salido legalmente de Cuba y que una mañana mientras yo injuriaba furioso al dictador Fujimori, él me miró con una sonrisa irónica en los labios y me dijo: Chico, tú no tienes la más mínima idea de lo que es vivir sin libertad.
Estoy de acuerdo con los que dicen que Cuba nunca ha tenido la oportunidad de desarrollarse libremente, que siempre ha estado con la cabeza bajo el zapato del capitalismo, pero también tengo en claro que mientras exista gente que todos los días esté dispuesta a lanzarse al mar en una cámara de camión o en una balsa patética, dispuestos a jugarse la vida por la posibilidad de un cambio, es que algo anda muy mal. Es cierto también lo de la educación y la salud en Cuba, pero es cierto también lo de la prostitución y la paranoia de no poder levantar la voz en contra del régimen; es cierto también lo de un hombre enquistado en el poder como un Mesías sin el que (eso es lo que él cree en su megalomanía) nada funcionaría; es cierto también que el ser humano por naturaleza tiende a diferenciarse del resto y que necesita ejercer su libre albedrío y su derecho a ser único, diferente y libre; es cierto que existen artistas, escritores y músicos que se levantan en contra del régimen Castrista y retratan con su obra la realidad cruda de este pueblo idealizado. Recomiendo un libro: TRILOGIA SUCIA DE LA HABANA de PEDRO JUAN GUTIERREZ.
A MANERA DE CONCLUSION SOBRE UN TEMA QUE NO CONCLUYE NUNCA
Lo vuelvo ha decir, desde mi punto de vista, todos los sistemas de gobierno han fracasado sistemáticamente, ninguno ha dado señales suficientes de éxito y, la política como la conocemos hasta el momento, no logrará jamás el cambio. Es necesario buscar nuevas formas, nuevos caminos, nuevas estrategias. Mientras continuemos repitiendo las viejas formulas no llegaremos a ningún lado. El sistema ha aprendido bien de sus experiencias y cada vez es más diestro en su sagacidad y en su habilidad para hacernos creer que estamos luchando. No nos dejemos engañar, una protesta ya no es suficiente, un nuevo presidente tampoco, es hora de dejar descansar a los muertos, de reconocer los fracasos y de buscar nuevos caminos.
Podría seguir escribiendo, pero siempre he pensado que un post no debe ser muy extenso, quizá más adelante, quizá.
Un abrazo queridos lectores
Ahora, ustedes tienen la palabra
Siéntanse libres de decirlo todo.
IMAGEN1: “Sin título”, collage sobre papel hecho a mano, por JAG.
IMAGEN2: “Todos los sistemas han fracasado”, collage y fotomontaje por JAG.
IMAGEN3: “Estrategia psicosocial”, collage sobre cartulina, por JAG.
IMAGEN4: “La libertad del alma es inviolable”, collage sobre cartulina, por JAG.
IMAGEN5: “La mano de Dios”, collage sobre cartulina, por JAG.
IMAGEN6: “La oscura caída de la humanidad”, collage sobre cartulina, por JAG.