viernes, octubre 20, 2006

LA LOCURA DE SER POETA EN ESTOS TIEMPOS Y LOS BLOGS

Ser poeta en estos tiempos es una empresa difícil y quijotesca, las grandes editoriales poco o nada se interesan en la poesía, el mercado la desprecia, y sus lectores, que cada vez son menos, son los que muchas veces se erigen como sus más grandes enemigos. Entonces, ¿qué le queda al poeta que recién empieza en el duro y largo camino de la palabra?

A no ser que se tenga la suerte de ganar un gran premio, poquísimas son sus opciones. No le queda más que la auto-publicación, o encontrar algún sello de riesgo que se digne a dar su nombre para una edición auto-financiada. Y aún así, si se logra la tan ansiada publicación, que necesariamente será de reducido tiraje (si se es consciente no pasará de 500 ejemplares), el joven poeta se deberá enfrentar a una nueva serie de problemas como la difusión, el mercadeo, etc.


Finalmente, la triste realidad golpea al joven poeta, que se encuentra a sí mismo con una edición que sólo ha llegado a los amigos más cercanos, en su mayoría no lectores que le aplauden con un poco de piedad. Y con muchísima suerte, el poemario llegará a alguna sala de redacción y recibirá una que otra mención en algún artículo escondido en la sección cultural de algún periódico, listo ya, como la mayoría, a pasar al olvido.

Entonces, surge una nueva alternativa para la difusión y la lectura de poesía con costo cero y alcances imposibles para el libro: internet. Las revistas en la red y los blogs se han convertido en un vehículo de gran valor e importancia para los poetas emergentes. La poesía se ha robustecido en estos últimos años y, los jóvenes poetas del mundo, escriben y muestran sus trabajos con la certeza de que serán leídos por gente que gusta de la poesía y, a los que, de otra manera, nunca se hubiera podido acceder.

Ahora, es cierto, eso no se puede negar, los malos poetas abundan en la red. Pero, me pregunto ahora, ¿es acaso que en la poesía impresa no ocurre lo mismo?, ¿es acaso que no se publican poemarios de muy mala factura?, ¿es acaso que el libro impreso salva a la poesía de los ripios?, honestamente, no lo creo. Yo creo más bien que las posibilidades que internet le abre a la poesía son enormes y deben ser aprovechadas. No estoy de acuerdo con aquellos que sostienen que los blogs que publican poesía deberían desaparecer, yo más bien estoy de pie al otro extremo de esa orilla, y sostengo que, no sólo no deberían desaparecer, si no que, deberían proliferar. Es más, creo que un blog, que tiene costo cero, difusión gratuita y alberga la posibilidad de llegar a lectores de todo el orbe, se convierte en un vehículo fundamental que responde a la naturaleza de la poesía misma, es decir, a un trabajo literario que no se casa con el sistema, que no se rinde ante el mercado, que, a pesar de que muchos dicen que se encuentra en vías de extinción, se convierte, ahora más que nunca, en una de las formas más valiosas para levantarse en contra de un sistema podrido, de un proceso de globalización asquerosamente hegemónico, y le permite al ser humano prevalecer en un purísimo estado de libertad y rebeldía.

Y, lo mejor de todo, es que serán los propios lectores los que se encargarán de separar el trigo de la paja, y que serán los buenos poetas los que quedarán, y sus poemas viajarán libérrimos como hojas llevadas por el viento del otoño, y sus voces se desplegarán una y otra vez en lugares insospechados.

No puedo dejar de pensar que cada joven poeta que se levanta, que cada nuevo poema que se lanza al éter, se convierte en un nuevo grito de esperanza para nuestra humanidad enferma.
IMAGEN1: “Libros ardiendo”, dibujo por Pescador, fotografía de fondo y fotomontaje por JAG.
IMAGEN2: “La libertad del poeta”, fotografía por JAG.
IMAGEN3: “Viento otoñal”, fotografías y fotomontaje por JAG.

fotografías en MIRADA AZUL