jueves, mayo 31, 2007

UN LIBRIRTO QUE TAMBIEN CUMPLE 40 AÑOS II


GARCIA MARQUEZ SOBRE LO REAL MARAVILLOSO Y CIEN AÑOS DE SOLEDAD

“Yo creo que particularmente en Cien años de soledad, yo soy un escritor realista, porque creo que en América Latina todo es posible, todo es real. Es un problema técnico en la medida en que el escritor tiene la dificultad en transcribir los acontecimientos que son reales en América Latina porque en un libro no se creerían. Pero lo que sucede es que los escritores latinoamericanos no nos hemos dado cuenta de que en los cuentos de la abuela hay una fantasía extraordinaria en la que creen los niños a quienes se les está contando y me temo que contribuyen a formarlo, y son cosas extraordinarias, son cosas de las Mil y una noches, ¿verdad? Vivimos rodeados de esas cosas extraordinarias y fantásticas y los escritores insisten en contarnos unas realidades inmediatas sin ninguna importancia. Yo creo que tenemos que trabajar en la investigación del lenguaje y de formas técnicas del relato, a fin de que todas fantástica realidad latinoamericana forme parte de nuestros libros y que la literatura latinoamericana responda en realidad a la vida latinoamericana, donde suceden las cosas más extraordinarias todos los días, como los coroneles que hicieron treinta y cuatro guerras civiles y las perdieron todas, o como por ejemplo, ese dictador de El Salvador*, cuyo nombre no recuerdo exactamente ahora, que inventó un péndulo para descubrir si los alimentos estaban envenenados y que ponía sobre la sopa, sobre la carne, sobre el pescado. Si el péndulo se inclinaba hacia la izquierda, él no comía y si se inclinaba hacia la derecha si comía. Ahora bien, este mismo dictador era un teísofo; hubo una epidemia de viruela y su ministro de salud y sus asesores le dijeron lo que tenía que hacer, pero él dijo: “Yo sé lo que hay que hacer: tapar con papel rojo todo el alumbrado público del país”. Y hubo una época en todo el país en que los focos estuvieron cubiertos de papel rojo. Estas cosas suceden todos los días en América Latina y nosotros los escritores latinoamericanos a la hora de sentarnos a escribirlas, en vez de aceptarlas como realidades, entramos a polemizar, a racionalizar diciendo: “Esto no es posible, lo que pasa es que éste era un loco”, etc. Todos empezamos a dar una serie de explicaciones racionales que falsean la realidad latinoamericana. Yo creo que lo que hay que hacer es asumirla de frente, que es una forma de realidad que puede dar algo nuevo a la literatura universal.”

*Máximo Hernández Martínez.


“Yo empecé a escribir Cien años de soledad cuando tenía dieciséis años… …Yo empecé a escribirlo y de pronto me encontré con que era un “paquete” demasiado grande… …No sólo eso sino que escribí en ese momento un primer párrafo que es el mismo primer párrafo que hay en Cien años de soledad.

Pero me di cuenta que no podía con el “paquete”. Yo mismo no creía lo que estaba contando; pero como yo sabía que era cierto lo que estaba contando, me di cuenta también que la dificultad era puramente técnica, es decir que no disponía yo de los elementos técnicos y del lenguaje para que esto fuera creíble, para que fuera verosímil. Entonces lo fui dejando y trabajé cuatro libros mientras tanto. Mi gran dificultad fue siempre encontrar el tono y el lenguaje para que esto se creyera.”

“La historia la tenía completa. Entonces necesité escribir cuatro libros para aprender a escribir Cien años de soledad. Por eso, la gran dificultad es primero, aprender a escribir. Esa es la parte que yo creo que es misteriosa, es la parte innata, la que hace que una persona sea escritor o estenógrafo. Se aprende leyendo, trabajando, sobre todo sabiendo una cosa: que escribir es una vocación excluyente, que todo lo demás es secundario; que lo único que uno quiere es escribir.”


Fragmentos del libro “LA NOVELA EN AMERICA LATINA: DIALOGO”

Imagen extraída del libro.