Este es el texto que, el destacado artista peruano Christian Bendayán, leyó el día de la presentación de “Recortes de la memoria o el libro de la sombra”.
RECORTES DE LA MEMORIA O EL LIBRO DE LA SOMBRA
UNO
Por más integrados que estén en este libro palabra e imagen, al punto que pareciera una libreta de apuntes de un artista que dibujara con palabras o de un poeta que escribe con imágenes, no deja de existir una dualidad en la que podemos descubrir la presencia de dos artífices, es por eso que, de los dos títulos que posee el libro, me atrevería a decir que cada uno corresponde a cada creador.
RECORTES DE LA SOMBRA, es como prefiero llamar al ejercicio de interpretación del libro de José Antonio Galloso y Pescador que a continuación presento:
CANAL 1: En la pantalla del televisor un corazón, como si fuera un órgano latiendo dentro de este “arte-facto”, anuncia nuevamente dos títulos o titulares: ANATOMIA VOLATIL O ESTADIOS INTERIORES. Y, página tras página, nos encontramos con el vuelo de un ser que pareciera destellar colores en una gráfica de blanco y negro, y que riega las palabras como cortando el viento mientras se posa y posa en distintos estados.
CANAL 2: CALABOZOS O ESQUIRLAS DE LA NOCHE. En la programación una intoxicante humareda escapa de chimeneas industriales. La sombra debuta como ser alado con símbolos de imperialismo y muerte. Las palabras descienden sobre ella como telón nocturno esquivando la luna. Los versos, que son sombra, son arrojados de las chimeneas de las fábricas, se esparcen y, finalmente, se acumulan hasta formar un cerro. Asombra el ritmo en que las palabras se fluyen por un laberinto de tuberías como golpeándose en cada esquina, hasta ser echadas y depositadas en el interior de una cabeza.
CANAL 3: Edificios y calles aglomeradas dentro de la tele. Paisaje urbano esquizofrénico que anuncia los dos títulos correspondientes: URBANIA O NIEBLAS Y JIRONES. “No te reconozco, entre la niebla, entre los jirones y las avenidas, entre los meandros de fuego”, texto escrito en el aire, texto que esquiva escaleras flotantes que llegan hasta la ventana de quien las observa como una ruta de escape, de fuga o con mayor seguridad, de retorno. Página siguiente: calles, mares, cielos, guerra, muerte, conquista, lujuria, poder, destrucción, conviven en un caos absoluto del cual solo se desprende el ojo del observador, quien luego tendrá una escalera directa a los valles y a las montañas, un camino de retorno que concluirá con la muerte de un símbolo que atrapa toda esa neurótica cultura del caos: kill your television, es el dictamen del corazón.
CANAL 4: TEMPLOS DEL HOLOCAUSTO O MORFINA DE LOS DIAS, son los títulos de un paseo que podría comenzar en el paraíso para luego ser expulsado de él, y embarcarse en una travesía a través de una noche donde las palabras son niebla y brisa que cubren una antigua ciudad edificada de libros. Finalmente, el sol echa llamas como raíces y ramas ardiendo sobre un mundo en guerra donde el texto se asienta diciendo: “y yo, continúo atravesando la morfina azulada de los días.”
CANAL 5: Ultimo programa en la pantalla, presentado esta vez como JAIKUS O VUELO INTERIOR. En el televisor vuela otra vez el ser alado. “Pueblos antiguos levantados en piedra y en misterio”, estas palabras son parte del paisaje natural que en la siguiente página se transforma en muerte, en planta que florece muerte, en ciudades infestadas de números. Finalmente, la gráfica de este libro muestra con mayor énfasis su dualidad, el encuentro entre vida y muerte. De la planta de la vida florece la muerte, de la semilla de la muerte germina la vida. La última ilustración del poema: un mallqui: maíz, momia y semilla, a la vez.
PUNTO FINAL: la misma imagen circular que se repite en varias ilustraciones aquí se manifiesta sola y se deja ver como lo que realmente es: planta, cactus, semilla, sol, Peyote. Un punto final que es, a la vez, un punto de encuentro que, al igual que reunió en un alucinado proyecto a dos creadores de distintas vertientes, nos reúne también a nosotros con la poesía y la gráfica, con poesía gráfica, con gráfica poética, transformándose y, volviendo a ser planta, cactus, semilla, sol, peyote, más nunca punto final, si no, siempre, un punto de partida.