Ya he hablado en ocasiones anteriores sobre mi tendencia a llegar tarde al cine y de lo poco que me importa puesto que una buena película, como toda buena obra de arte, no requiere de la cuota de primicia para saborearse y mucho menos para comentarse. Este, claro está, es el caso de Fausto 5.0.
La Fura dels Baus, es un grupo catalán de teatro experimental creado en 1979. Para los que aún no los conocen, quizá sirva anotar que fueron ellos los encargados de realizar la ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos de Barcelona en 1992.
Entre sus muchos proyectos, La Fura dels Baus, se embarcó en el desarrollo de una trilogía que exploró desde diferentes perspectivas el Fausto de Goethe. Dicha trilogía se abrió en 1998 con la obra de teatro F@usto Versión 3.0, siguió con la ópera La condenación de Fausto y se cerró con la película Fausto 5.0, que fue además la primera incursión de La Fura en el campo del cine. Aquí pueden leer un artículo de Rosario Jiménez Morales en pdf sobre la trilogía.
Ayer por la noche, ocho años más tarde de su estreno en el 2001, vi Fausto 5.0 y me atrapó desde la primera imagen. Una vez que terminé de verla, perseguido por su rareza, me senté en la computadora a buscar más información, y encontré que la crítica se encuentra polarizada, o la valoran como una pieza única o la despedazan con el ensañamiento que solo un crítico puede tener. Lean esto y esto.
En lo personal me pareció una película oscura, perturbadora, por momentos gore, por momentos futurista y cyberpunk, pero siempre intensa y, eso sí, altamente recomendable. Lo mejor de la cinta es la estética con la que se ha trabajado cada escena, cada encuadre, cada transición, tanto a nivel de color, como de iluminación y de composición. Uno puede alejarse por completo de la historia y verla simplemente desde el punto de vista de lo estético-visual y disfrutarla intensamente.
Del argumento no diré mucho puesto que lo pueden leer, o lo han leído ya, en las críticas que he vinculado en el tercer párrafo. Sin embargo, he de resaltar la actuación de Eduard Fernández, que hace el papel de Santos, y que logra crear uno de esos personajes que uno no puede olvidar y que se quedan agazapados en la memoria dispuestos a saltar en cualquier momento al terreno de nuestras pesadillas.
Fausto 0।5 es precisamente eso, una hermosa pesadilla, un fabuloso viaje por el infierno interior del doctor Fausto (Miguel Ángel Sola); un alucinante despliegue de perturbación y estética que, si no se ha visto aún, es necesario salir a buscar de inmediato, teniendo en cuenta claro, que no es apta para almas blandas.
Dirección: Isidro Ortiz y La Fura dels Baus (Alex Ollé y Carlos Padrissa).
País: España.
Año: 2001.
Duración: 90 min.
Interpretación: Miguel Ángel Solá (Fausto), Eduard Fernández (Santos), Najwa Nimri (Julia), Raquel González (Margarita), Juan Fernández (Quiroga), Irene Montalá (Marta), Pep Molina (Bielsa), Cristina Piaget, Carme Contreras, Keke, Teresa Manresa, Óscar Borrás.
Guión: Fernando León de Aranoa.
Producción: Ramón Vidal y Eduardo Campoy.
Música: Josep Mº Sanou y Toni M. Mir.
Fotografía: Pedro del Rey.
Montaje: Manel J. Frasquiel.
Diseño de producción: Chu Uroz.
Dirección artística: Leo Casamitjana.
Vestuario: Antonia Marqué.
IMAGEN 1: Afiche. De google images.
IMAGEN 2: Eduard Fernández en el papel de Santos. De google images.
IMAGEN 3: Santos se encuentra con el doctor Fausto (Miguel Ángel Sola). De google images.